COMO ES ARRIBA ES ABAJO
Omram Mikhael Aivvanhov
En la Tabla de Esmeralda, Hermes Trismegisto dice:”Como es arriba es abajo”; es decir, que todo lo que hay abajo, en la tierra, es como lo que hay arriba, en el cielo. Si comparamos esta frase con la de Jesús:”Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”, podemos decir que Hermes Trismegisto constata una cosa, mientras que Jesús la desea. En realidad en estas dos frases se refieren a regiones diferentes. Cuando Hermes Trismegisto dice:”como es arriba es abajo”, habla de los tres mundos – mineral vegetal y animal – que son, en efecto un fiel reflejo del mundo de arriba. Únicamente los hombres, debido a que han sido dotados de una voluntad libre, no respetan esta ley de correspondencias, lo que ni sucede con los minerales, ni con los vegetales, ni con los animales. El mundo humano es el único al que no se le puede decir:”Como es abajo es arriba”. Por eso Jesús formulo este deseo:”hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo - es decir en el mundo de los humanos- como en el cielo” Hermes Trismegisto poseía” la ciencia de los tres mundos”, de ahí su nombre, (Trismegisto tres veces muy grande), y estos tres mundos han sido interpretados por todos los comentaristas como el mundo divino, el mundo astral y el mundo físico. Ello es exacto, pero Hermes hablaba también del reino mineral, del que extraía la piedra filosofal; del mundo vegetal, que le daba la quinta esencia como el elixir de la vida inmortal; y del reino animal, en el que se encontraba el poder de la varita mágica. Pero quien se ocupo del mundo de los hombres fue Jesús. Al decir:”Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” Desgraciadamente, esta no es la interpretación que los cristianos han dado a esta frase. La repiten, pero no se sienten obligados, en absoluto a introducir el Reino de Dios en si mismos; quieren que venga tal como es, del exterior, y poder aprovecharse de él. Pues bien así no vendrá jamás, y si todavía no ha venido, es porque los hombres no saben como desearlo, como pedirlo. Si lo supiesen, ya hubiera venido....
¿Queréis saber como debemos pedirlo? Exactamente como os digo: “en primer lugar, cada uno debe realizarlo por si mismo y entonces será cuando se realizara también en el exterior. Solo así el Reino de Dios podrá venir a la tierra. “
¿Cómo podría venir, si no, a instalarse en unos humanos cuyos corazones e intelectos están llenos de desorden, de egoísmo y de maldad? Las verdaderas transformaciones externas solo se podrán realizar cuando se hayan producido las transformaciones internas, porque el mundo exterior es un reflejo, una concreción, una materialización del mundo espiritual. Nada que no haya venido primero internamente, podrá hacerlo externamente.
¿Cómo un hombre estúpido puede hacer algo inteligente, si le falta inteligencia en su interior?
El Reino de Dios no puede existir exteriormente si no existe primero interiormente. Un todo esta constituido por elementos; quitar los elementos y el todo desaparece. El reino de Dios en la tierra es un orden social constituido por seres iluminados, desinteresados y animados por un alto ideal. Si no fuese así, ¿Cómo pensáis que podría existir este orden? Solo se puede mantener gracias a los individuos, a su carácter, a sus cualidades y a sus virtudes. La mayoría de los humanos se comportan como si hubiesen venido a la tierra solamente para comer, beber, divertirse y hacer tonterías, o bien par a sufrir y ser desgraciados...La verdad es que han venido para ser como los obreros que trabajan en un taller, pero no lo saben; se han olvidado de que su misión consiste en manifestar la Divinidad que tienen escondida dentro, en llegar a ser como el mismo Dios. En los planos superiores, la materia es tan sutil que obedece instantáneamente al pensamiento, a la imaginación, a la voluntad. Con esta materia podemos hacer todo lo que queramos. Pensad, por ejemplo, en un movimiento de gimnasia o de danza: con la imaginación podéis ejecutarlo perfectamente pero, si tenéis que ejecutarlo en el plano físico, ¡Entonces empiezan las dificultades! Debéis hacer ejercicios hasta conseguirlo. Sucede lo mismo con todas las actividades:”Las creaciones mentales no bastan, hay que realizarlas en el plano físico”.
Por otra parte, si el hombre permaneciese en estas regiones sutiles donde el trabajo de creación es tan fácil, no evolucionaría demasiado. Por eso viene a la tierra, para manifestar, a través de esta materia opaca y burda, la belleza y el esplendor de Dios. “Cuando el hombre logre vibrar al unísono con el mundo Divino reflejara por fin la belleza, la luz y la inteligencia perfecta” Y como en la tierra, es decir, el planeta en que vivimos, esta conectado con el cuerpo físico de los humanos, también ella se transformara, también se volverá sutil, vibrante y luminosa, y producirá otros frutos, otras plantas otras flores. Todo cambiara gracias a la vida de los humanos, cuando estos hayan comprendido el trabajo que deben hacer, primero en si mismos, para transformarse, y entonces la Tierra se convertiría verdaderamente en el receptáculo del Cielo.
Pero ¿donde están los obreros que deben realizar este trabajo? Los hombres tienen otras filosofías en su pensamiento y por eso deberán volver a la tierra hasta que logren hacer de ella un jardín del Paraíso. Cuando lo hayan logrado, la abandonaran para ir a otros planetas y dejaran la tierra para los animales, quienes a su vez, también evolucionaran .Estáis asombrados, verdad? Pero mientras, los hombres deben trabajar en la tierra en ella sufrimos, y que duda cabe, somos desgraciados, pero, ¿debido a que?, ¿por culpa de quien? ¡De los humanos! Y el sufrimiento no es razón suficiente para abandonar el campo de batalla y huir. El cielo no acepta desertores.
Diréis:”Pero yo solo aspiraba al Cielo, a la beatitud, porque amo la paz, la luz, y la belleza”. Por supuesto, eso será tenido en consideración, será anotado como una realidad. Pero con ello no basta, porque el trabajo aun no se ha realizado, la tarea no ha concluido. Se necesitan millones de años y millones de seres para transformar esta tierra , que ahora esta burda y opaca.
¿Y como la transforman? ¡Comiéndosela! Si, he aquí otra cosa que la ciencia no ha entendido realmente: por qué comemos. Comemos tierra, un poco preparada, por supuesto, bajo forma de legumbres y de frutas, pero se trata de tierra; y esta tierra debe pasar a través nuestro para ser tragada y digerida y después expulsada, hasta impregnarse de las emanaciones y de las vibraciones producidas por nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. Una vez la tierra este así impregnada, se volverá luminosa y transparente. “Al pasar a través nuestro, que duda cabe que la tierra nos da algo; pero ella también recibe algo de nosotros: nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestra vitalidad; y por eso, ya no es la misma que en un pasado lejano. Ha evolucionado, es mas sutil, mas inteligente, gracias a todas las criaturas que han vivido antes en le planeta y que trabajaron por el.” De ahora en adelante, cada uno de vosotros debe asumir que tiene el trabajo de transformar la tierra. El sentido de la vida es la evolución, la transformación de la materia. Otra cuestión bien distinta es la de cuales serán, en el futuro, sus formas y sus manifestaciones; por ahora, lo único que conviene saber es que hay “un sentido, un proyecto, una ley, que impulsa a toda la creación para que evolucione y por tanto todos lo que contribuyen a esta evolución son ayudados amparados”. Todo debe evolucionar. Incluso los minerales evolucionan: hay en el mineral una fuerza que trabaja para hacer aflorar todas las cualidades y virtudes que contiene. Las piedras preciosas los metales preciosos, son minerales mas evolucionados que emanan virtudes benéficas. Las plantas también evolucionan; y cuanto mas evolucionen, dan más flores y frutos curativos, nutritivos, benéficos. Lo mismo sucede con los animales y los hombres; e incluso es así, también para nuestro sistema solar. La creación entera es el resultado del trabajo del espíritu y de la materia. Porque el Universo no es más que esto: espíritu y materia. Para los materialistas, que no quieren oír hablar del espíritu, podemos remplazar esa palabra por las de fuerza o energía, dado que el espíritu es una fuerza. Ocurre sin embargo, que al hablar de fuerza en vez de espíritu nos privamos de todas las cualidades del espíritu: de la inteligencia, de la consciencia, del amor...En cualquier caso nadie puede negar que todo el Universo gira en torno a dos realidades, a las que llamamos espíritu y materia, o fuerza y materia, o principio masculino y principio femenino.
"En el cielo aprender es ver,
En la tierra es acordarse,
Dichoso el que atravesó los misterios,
El conoce la fuente y el fin de la vida."
-Pindaro-
En la Tabla de Esmeralda, Hermes Trismegisto dice:”Como es arriba es abajo”; es decir, que todo lo que hay abajo, en la tierra, es como lo que hay arriba, en el cielo. Si comparamos esta frase con la de Jesús:”Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”, podemos decir que Hermes Trismegisto constata una cosa, mientras que Jesús la desea. En realidad en estas dos frases se refieren a regiones diferentes. Cuando Hermes Trismegisto dice:”como es arriba es abajo”, habla de los tres mundos – mineral vegetal y animal – que son, en efecto un fiel reflejo del mundo de arriba. Únicamente los hombres, debido a que han sido dotados de una voluntad libre, no respetan esta ley de correspondencias, lo que ni sucede con los minerales, ni con los vegetales, ni con los animales. El mundo humano es el único al que no se le puede decir:”Como es abajo es arriba”. Por eso Jesús formulo este deseo:”hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo - es decir en el mundo de los humanos- como en el cielo” Hermes Trismegisto poseía” la ciencia de los tres mundos”, de ahí su nombre, (Trismegisto tres veces muy grande), y estos tres mundos han sido interpretados por todos los comentaristas como el mundo divino, el mundo astral y el mundo físico. Ello es exacto, pero Hermes hablaba también del reino mineral, del que extraía la piedra filosofal; del mundo vegetal, que le daba la quinta esencia como el elixir de la vida inmortal; y del reino animal, en el que se encontraba el poder de la varita mágica. Pero quien se ocupo del mundo de los hombres fue Jesús. Al decir:”Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” Desgraciadamente, esta no es la interpretación que los cristianos han dado a esta frase. La repiten, pero no se sienten obligados, en absoluto a introducir el Reino de Dios en si mismos; quieren que venga tal como es, del exterior, y poder aprovecharse de él. Pues bien así no vendrá jamás, y si todavía no ha venido, es porque los hombres no saben como desearlo, como pedirlo. Si lo supiesen, ya hubiera venido....
¿Queréis saber como debemos pedirlo? Exactamente como os digo: “en primer lugar, cada uno debe realizarlo por si mismo y entonces será cuando se realizara también en el exterior. Solo así el Reino de Dios podrá venir a la tierra. “
¿Cómo podría venir, si no, a instalarse en unos humanos cuyos corazones e intelectos están llenos de desorden, de egoísmo y de maldad? Las verdaderas transformaciones externas solo se podrán realizar cuando se hayan producido las transformaciones internas, porque el mundo exterior es un reflejo, una concreción, una materialización del mundo espiritual. Nada que no haya venido primero internamente, podrá hacerlo externamente.
¿Cómo un hombre estúpido puede hacer algo inteligente, si le falta inteligencia en su interior?
El Reino de Dios no puede existir exteriormente si no existe primero interiormente. Un todo esta constituido por elementos; quitar los elementos y el todo desaparece. El reino de Dios en la tierra es un orden social constituido por seres iluminados, desinteresados y animados por un alto ideal. Si no fuese así, ¿Cómo pensáis que podría existir este orden? Solo se puede mantener gracias a los individuos, a su carácter, a sus cualidades y a sus virtudes. La mayoría de los humanos se comportan como si hubiesen venido a la tierra solamente para comer, beber, divertirse y hacer tonterías, o bien par a sufrir y ser desgraciados...La verdad es que han venido para ser como los obreros que trabajan en un taller, pero no lo saben; se han olvidado de que su misión consiste en manifestar la Divinidad que tienen escondida dentro, en llegar a ser como el mismo Dios. En los planos superiores, la materia es tan sutil que obedece instantáneamente al pensamiento, a la imaginación, a la voluntad. Con esta materia podemos hacer todo lo que queramos. Pensad, por ejemplo, en un movimiento de gimnasia o de danza: con la imaginación podéis ejecutarlo perfectamente pero, si tenéis que ejecutarlo en el plano físico, ¡Entonces empiezan las dificultades! Debéis hacer ejercicios hasta conseguirlo. Sucede lo mismo con todas las actividades:”Las creaciones mentales no bastan, hay que realizarlas en el plano físico”.
Por otra parte, si el hombre permaneciese en estas regiones sutiles donde el trabajo de creación es tan fácil, no evolucionaría demasiado. Por eso viene a la tierra, para manifestar, a través de esta materia opaca y burda, la belleza y el esplendor de Dios. “Cuando el hombre logre vibrar al unísono con el mundo Divino reflejara por fin la belleza, la luz y la inteligencia perfecta” Y como en la tierra, es decir, el planeta en que vivimos, esta conectado con el cuerpo físico de los humanos, también ella se transformara, también se volverá sutil, vibrante y luminosa, y producirá otros frutos, otras plantas otras flores. Todo cambiara gracias a la vida de los humanos, cuando estos hayan comprendido el trabajo que deben hacer, primero en si mismos, para transformarse, y entonces la Tierra se convertiría verdaderamente en el receptáculo del Cielo.
Pero ¿donde están los obreros que deben realizar este trabajo? Los hombres tienen otras filosofías en su pensamiento y por eso deberán volver a la tierra hasta que logren hacer de ella un jardín del Paraíso. Cuando lo hayan logrado, la abandonaran para ir a otros planetas y dejaran la tierra para los animales, quienes a su vez, también evolucionaran .Estáis asombrados, verdad? Pero mientras, los hombres deben trabajar en la tierra en ella sufrimos, y que duda cabe, somos desgraciados, pero, ¿debido a que?, ¿por culpa de quien? ¡De los humanos! Y el sufrimiento no es razón suficiente para abandonar el campo de batalla y huir. El cielo no acepta desertores.
Diréis:”Pero yo solo aspiraba al Cielo, a la beatitud, porque amo la paz, la luz, y la belleza”. Por supuesto, eso será tenido en consideración, será anotado como una realidad. Pero con ello no basta, porque el trabajo aun no se ha realizado, la tarea no ha concluido. Se necesitan millones de años y millones de seres para transformar esta tierra , que ahora esta burda y opaca.
¿Y como la transforman? ¡Comiéndosela! Si, he aquí otra cosa que la ciencia no ha entendido realmente: por qué comemos. Comemos tierra, un poco preparada, por supuesto, bajo forma de legumbres y de frutas, pero se trata de tierra; y esta tierra debe pasar a través nuestro para ser tragada y digerida y después expulsada, hasta impregnarse de las emanaciones y de las vibraciones producidas por nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. Una vez la tierra este así impregnada, se volverá luminosa y transparente. “Al pasar a través nuestro, que duda cabe que la tierra nos da algo; pero ella también recibe algo de nosotros: nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestra vitalidad; y por eso, ya no es la misma que en un pasado lejano. Ha evolucionado, es mas sutil, mas inteligente, gracias a todas las criaturas que han vivido antes en le planeta y que trabajaron por el.” De ahora en adelante, cada uno de vosotros debe asumir que tiene el trabajo de transformar la tierra. El sentido de la vida es la evolución, la transformación de la materia. Otra cuestión bien distinta es la de cuales serán, en el futuro, sus formas y sus manifestaciones; por ahora, lo único que conviene saber es que hay “un sentido, un proyecto, una ley, que impulsa a toda la creación para que evolucione y por tanto todos lo que contribuyen a esta evolución son ayudados amparados”. Todo debe evolucionar. Incluso los minerales evolucionan: hay en el mineral una fuerza que trabaja para hacer aflorar todas las cualidades y virtudes que contiene. Las piedras preciosas los metales preciosos, son minerales mas evolucionados que emanan virtudes benéficas. Las plantas también evolucionan; y cuanto mas evolucionen, dan más flores y frutos curativos, nutritivos, benéficos. Lo mismo sucede con los animales y los hombres; e incluso es así, también para nuestro sistema solar. La creación entera es el resultado del trabajo del espíritu y de la materia. Porque el Universo no es más que esto: espíritu y materia. Para los materialistas, que no quieren oír hablar del espíritu, podemos remplazar esa palabra por las de fuerza o energía, dado que el espíritu es una fuerza. Ocurre sin embargo, que al hablar de fuerza en vez de espíritu nos privamos de todas las cualidades del espíritu: de la inteligencia, de la consciencia, del amor...En cualquier caso nadie puede negar que todo el Universo gira en torno a dos realidades, a las que llamamos espíritu y materia, o fuerza y materia, o principio masculino y principio femenino.
"En el cielo aprender es ver,
En la tierra es acordarse,
Dichoso el que atravesó los misterios,
El conoce la fuente y el fin de la vida."
-Pindaro-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario